María se rascaba la cabeza constantemente durante sus reuniones de trabajo por Zoom. "Revisé mil veces y no tengo piojos ni caspa", pensaba frustrada. Lo que ella no sabía es que millones de personas sufren este mismo problema sin encontrar respuesta.
La clave está en identificar los factores ambientales y del estilo de vida. María descubrió que su champú "sin sulfatos" contenía otros irritantes ocultos. Al cambiar su rutina de cuidado capilar y reducir el estrés, la picazón desapareció en dos semanas.